Pero se acerca el tiempo —de hecho, ya ha llegado— cuando los verdaderos adoradores adorarán al Padre en espíritu y en verdad. El Padre busca personas que lo adoren de esa manera (Juan 4:23 - NTV).
Dios quiere tomar su lugar en las naciones y lo quiere hacer
a través de su iglesia y ¿por qué quiere tomar algo que es de él? ¿Y por qué Dios sigue buscando los verdaderos
adoradores?... inclusive hay muchas interrogantes por eso pido al Espíritu
Santo que te revele mientras lees este artículo que estoy tomando del libro: DIOS NO TIENE FAVORITOS, TIENE ÍNTIMOS -
Marcos Brunet.
Cuando ORAMOS, nosotros buscamos a Dios, pero cuando ADORAMOS
es ÉL quien nos busca. Dios busca los verdaderos adoradores. “adorador no es el que canta o toca un
instrumento sino el que está cerca de Dios”. Adoración es un
ESTILO DE VIDA, pero también es UNA RESPUESTA A LA PRESENCIA DEL PADRE. Por eso
cuanta más intimidad, más revelación y el resultado será más placer al Padre y
más comunión entre el cielo y la tierra.
Mientras leía el libro entendí que la iglesia es un pedacito
del cielo en la tierra y el que se acerque tiene que ser afectado y transformado
ya que nosotros sus hijos somos los embajadores del reino y como tales tenemos
la protección y seguridad divina, aunque el mundo se derrumbe. Él quiere formar
nuevos hábitos y costumbres según los principios del cielo generando una
cultura propia trayendo el Reino de los Cielos a la tierra como enseñó Jesús “…
hacer en la tierra como en el cielo” (Mateo 6:10). “… el sueño de Dios es cambiar la cultura y no adaptarnos a ella, quiere
cambiar nuestra forma de cultuar (adorar) y formarnos con una cultura de
acuerdo a su reino” y ése es el modelo que Dios quiere para su iglesia.
Dios no solamente quiere que nos acerquemos delante de él con
un corazón humillado, Dios está buscando que sus verdaderos se inclinen físicamente delante de él,
pide perder la timidez, la inmadurez, la inseguridad, quiere que estemos cerca
de él, en intimidad y logremos desarrollar hábitos y costumbres que agraden a
él. Es lo que Dios está reclamando, es lo que Dios quiere de sus verdaderos.
El cantar canciones en la iglesia apoyados por las letras y
hermosas melodías nos limitan a ser auténticos. Pide sacar la hipocresía y
sembrar la autenticidad, sembrar la originalidad y sembrar la santidad, no
estoy diciendo que está mal lo que estamos haciendo, lo que quiero decir es que
dios está pidiendo es “que la vida de
adoración sea una nueva aventura y cada día o al menos en cada reunión haya
algo nuevo, y desarrollemos la espontaneidad y corresponder a lo que Dios pide:
canten a mí un cántico nuevo”.
El cántico nuevo, más que una canción, debe hablar de una vida que deja fluir
cosas nuevas y genuinas de Dios a cada instante “…una canción se escucha, pero una vida apasionada, libre y espontánea se
VE y contagia a los que están cerca para que confíen en Dios”.
Una parte del libro habla que nosotros “necesitamos ser íntimos de Dios al punto que siempre que nos acerquemos
a su ámbito y los ángeles nos reconozcan, nos dejen pasar diciendo: ahí está el hijo querido del jefe y a la vez
seamos una amenaza para el enemigo, que haya una foto tuya en el infierno que
diga - ¡se busca! ¡este es peligroso!”. Para esto Dios está en busca de los
verdaderos.
Dios pide que dejemos de cantar cánticos preseleccionados,
nosotros los adoradores hagamos un esfuerzo, un sacrificio en buscar su rostro
del Padre, busquemos encontrarnos con él cara a cara quien nos pueda revelar
los sonidos del cielo, las melodías del cielo para que traigamos a la tierra.
Sé que esto parece duro, pero te animo a que dediquemos más tiempo a buscar más
de él.
Quiero terminar con algo que me marcó en el corazón: de acuerdo a lo que se cultiva (hábitos y
costumbres) y según el culto de un determinado pueblo, es lo que determina su
cultura. Según el tiempo y honra que le dediques determinas tu cultura.
-
Si le dedicamos tiempo y honra a cuidar nuestro
cuerpo seremos físico culturistas
-
Espero que Espíritu Santo te revele y te diga a qué le
dedicas TIEMPO y HONRA, a quién le rindes culto.
Si la adoración es enfocada en Jesús cambia el objeto de
culto y se desarrollan nuevos hábitos y costumbres según los principios del
cielo para agradar a esa persona adorada, afectando la cultura.
Seamos los embajadores del reino: “que haga su voluntad en la
tierra como en el cielo”.
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